Pocas palabras inducen a tanta confusión como la palabra realidad.
Como humanos estamos limitados por las capacidades de nuestros sentidos para la captación de lo que sucede fuera de nosotros.
Nuestros ojos ven unas determinadas longitudes de onda y no en tras.
Nuestros oídos son capaces de escuchar determinadas frecuencias y no otras.
Nuestra nariz capta determinados olores y no otros. Y lo mismo le ocurre a nuestro sentido del gusto y del tacto.
Y para complicar más las cosas esas señales que recogen nuestros sentidos son enviadas a nuestro cerebro que, con lo que ya tiene en él, completa esas informaciones incompletas y nos da una interpretación que es lo que denominamos realidad.
Nos encontramos con que hay tantas realidades como personas.
La próxima vez antes de discutir con alguien sobre la interpretación de lo que ha sucedido trata de ponerte en su lugar. Pregúntale qué es lo que ha visto, qué ha oído, qué ha sentido. Pregúntale cómo interpreta él o ella eso que ha visto, oído o sentido.
Haz la prueba. No tienes porque creerme. Compruébalo por ti mismo.
Y luego, si quieres, comparte tu experiencia con otros. Este blog esta a tu disposición.
Crece y Gana
Fernando Manzano
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